Desde que el año pasado no pude asistir a la primera edición de este Trail de montaña por el Geoparque del Maestrazgo, tenía una deuda pendiente que me dispuse a pagar de buen agrado este año. Siendo consciente que por mi estado de forma física actual no era conveniente que hiciera el Gran Trail de 65 km, opté por inscribirme en la distancia de 44 km, aunque sabiendo que sufriría un poco para terminarla.La distancia menor de 22 km salía del vecino pueblo de Molinos, donde están las Grutas de Cristal y que recomiendo visitar, pero las dos distancias mayores salían juntas a las 7:30 de Castellote, por lo que la organización recomendaba el uso de frontal. Como en media hora amanecería, los primeros 5 km eran de pista y había luna casi llena yo opté por no llevarlo. Creo que fue una buena decisión, ya que aunque la presencia de las nubes apagaron la luna, con la luz de los frontales del resto de corredores era más que suficiente.
Los primeros kilómetros son de ascenso pero corribles, hasta que se llega a una senda y luego se desciende hasta el primer avituallamiento situado en el barrio pedáneo de Dos Torres de Mercader, donde apenas viven 10 personas. En este tramo coincido con Santi, un lugareño de Las Planas de Castellote afincado en Barcelona, que repetía la carrera y con el que pude charlar un poco. Luego comenzó la subida al Alto de San Juan, para continuar cresteando un par de kilómetros y después bajar hasta Ladruñán, otro pueblo de apenas 25 habitantes donde se situaba el segundo avituallamiento.
Después comencé la subida más larga de la carrera en la que me separé de Santi porque llevaba un ritmo que me hubiese hecho sufrir en los últimos kilómetros de carrera. En la bajada iba siguiendo a otro corredor que se saltó un cruce, menos mal que me di cuenta pasados unos minutos, pero como el corredor que llevaba delante iba con los cascos puestos no oía mis avisos, así que tuve que ir un poco más abajo tras él, hasta que pude avisarle.
Menos mal que llevaba el track en el reloj, así que lo puse y pude ver que la senda por la que deberíamos ir estaba más arriba aunque al menos en la misma dirección. El tercer avituallamiento en Cuevas de Cañart lo teníamos cerca en línea recta, pero había un barranco que se interponía entre nosotros y opté por lo más recomendable en estos casos, que es intentar volver al camino correcto, cosa que al final conseguimos, aunque a costa de chuparnos algún kilómetro de más y por si fuera poco me dio un calambre y en la bajada resbalé y tuve una caída, aunque sin importancia.
Cuevas de Cañart, con medio centenar de habitantes será el pueblo más poblado y el último por el que pase hasta la meta de Castellote. Tras reponerme en su avituallamiento junto a una fuente, asciendo por una bonita subida que recorre parte del GR-8 hasta al Salto de San Juan y las Tumbas antropomorfas. En la loma de la Laguna a 1.170 metros de altitud se encuentra un avituallamiento, y las dos pruebas de 65 y 44 km se separan, por lo que ahora el sentimiento de soledad será grande, ya que solo veré a partir de aquí a un corredor y a los voluntarios del último avituallamiento, al que se llega por unas pistas muy corribles, aunque a esas alturas de carrera mis piernas ya no estaban muy alegres precisamente.
La última parte de la carrera tiene mucha senda y campo a través, y de nuevo casi me salto un cruce, aunque me doy cuenta enseguida y vuelvo al camino correcto gracias de nuevo al reloj. El último ascenso al castillo de Castellote es vertical pero corto y muy bonito, teniendo unas magníficas vistas de Castellote al llegar a lo alto de la fortaleza. Luego se desciende hasta meta, aunque bajando me vuelven a dar calambres y tengo que disminuir el ritmo, pero cruzo la meta y voy en busca de una buena cerveza para hidratarme.
Comentarios
Publicar un comentario